Los niveles de inseguridad alimentaria mundialmente son muy altos debido
a la elevada tasa de crecimiento en la población; el consumo de alimentos a
nivel mundial ha presentado cambios vertiginosos, asociados principalmente al desarrollo
económico, la disponibilidad de alimentos, la salud y nutrición, así como a modificaciones
en los cambios de alimentación de los consumidores. Mientras que la innovación para la
sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola se ve limitada.


México es el principal país productor de hortalizas de América Latina y el segundo lugar en
producción de frutales de los cuales el aguacate es el que más exporta.
A nivel mundial es el principal productor y exportador de este fruto, de entre los 64 países
que lo producen, y el estado de Michoacán produjo el 85.4% del total cosechado en el
país. Este fruto es muy apreciado por su valor nutricional ya que contiene alrededor de 15
nutrientes y vitaminas; el consumo per cápita es de 8.1 k.


Sin embargo, en la actualidad, la producción se ve limitada debido a la pérdida de la
cobertura vegetal, de la diversidad biológica, erosión, modificaciones de las características
del suelo a nivel físico, químico y biológico, i.e. temperatura, humedad, salinidad, aireación,
estado de óxido-reducción, contenido y composición de los gases en el espacio poroso,
biodisponibilidad de los nutrientes, pH y baja disponibilidad de nutrientes, lo que en conjunto
incrementa la incidencia de fitopatógenos y debilita la actividad microbiana del suelo, y
sus beneficios sobre éste, es fuertemente impactada.


Las comunidades microbianas en los suelos conducen entre 80 y 90% de los procesos
biológicos desarrollados en el suelo, debido a sus múltiples nichos ecológicos, entre los que
destacan la mitigación de alteraciones exógenas, promoción de crecimiento vegetal,
actividad de biocontrol, ciclaje de nutrientes, producción de biomasa vegetal, estructura
y fertilidad del suelo, la degradación de compuestos tóxicos, entre otros.
Entre esta microbiota, se encuentran un conjunto particular denominado microorganismos
promotores de crecimiento vegetal (MPCV), los cuales directa o indirectamente favorecen
el crecimiento vegetativo, generan tolerancia al estrés abiótico y biótico en la planta,
facilitan la nutrición de la planta y antagonizan fitopatógenos en las plantas hospederas.
Entre los géneros microbianos más estudiados de este grupo destaca Pseudomonas,
Enterobacter, Bacillus, Variovorax, Klebsiella, Burkholderia, Azospirillum, Serratia,
Azotobacter y Trichoderma (teleomorfo Hypocrea), entre otras. Por tal motivo es
indispensable dar a conocer los beneficios que los microorganismos ejercen en la
producción sustentable del agro.

Fuente: Sucursal Uruapan

Diseño Agrilom

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